domingo, 17 de junio de 2007

Conclusiones y reflexión teórica:

CONCLUSIONES:

Como he podido observar mediante el trabajo de campo realizado en relación al tema de los telecentros, estos nacen como asociaciones, las que conocemos de siempre y que normalmente surgen a raíz de las necesidades que se derivan de su situación geográfica, es decir, de los barrios donde se sitúan. Esto les hace formar parte del movimiento asociacionista y que se declaren como tal. La única diferencia con respecto a estas asociaciones, las cuales denominaré tradicionales, es que en los telecentro la finalidad global es acercar a los ciudadanos a las nuevas tecnologías. Fin que se utilizará de forma transversal en el desarrollo de todos los proyectos, los cuales surgen como respuesta a la demanda de los ciudadanos; de modo que los TIC estarán presente en todas las actividades que de estos proyectos se deriven.

Destaco lo expuesto anteriormente porque la denominación de telecentro fue lo primero que me suscitó interés. La primera vez que oí hablar de ellos fue en clase, hasta entonces era algo desconocido para mí, así que cuando nos comunicaron que iríamos a visitar algunos y trabajaríamos sobre este tema, me lleve una grata sorpresa. Finalmente la sorpresa estuvo en descubrir que los telecentros, no eran más que las asociaciones de toda la vida, pero informatizadas. La desilusión no fue porque fuera solo una asociación, sino porque mi desconocimiento me hizo crearme una idea equivocada de ellos, me imaginaba un centro de trabajo que se realizaba a través de Internet.

No se porque, me imaginaba que encontraría una enorme habitación, conformada con ordenadores de avanzada tecnología, que permitía a sus trabajadores tener acceso a centros sociales que trabajan directamente con el usuario, accediendo a toda la información que estos tienen, que la analizaban, la estudiaba y planteaban soluciones, pero soluciones generales, ya que con su trabajo también ayudaban a la organización y coordinación de estos centros. Me los imaginaba como un centro de investigación que utilizaba las nuevas tecnologías para mejorar, precisamente estas asociaciones. Cuando realmente estas asociaciones son las que generan una mejora en la vida social de sus usuarios, a través de las nuevas tecnologías.

En segundo lugar lo que destacaría fue cuando se nos propuso la posibilidad, como trabajo final, de hacer una observación de los telecentros a través de Internet, ya que las visitas que haríamos con la clase y el desarrollo de una etnografía sobre ellas serían ejercicios de clase. Esta nueva propuesta de etnografía virtual, era también desconocida, no tanto en el aspecto del contenido sino por su puesta en práctica. Finalmente he de reconocer que esta asignatura me ha descubierto otro punto de mira y otra forma de entender los TIC, como instrumento de trabajo en un estudio antropológico.

Con el desarrollo del trabajo, mediante las visitas en persona a estos centros y la realizada a través de Internet, también he tenido la oportunidad de poder comparar estas dos formas de trabajo. En cuanto a este tema, exponer que, quizás por falta de acercamiento, uso y manejo de estas nuevas tecnologías, el trabajo me ha resultado dificultoso, sobretodo cara al trabajo final. La dificultad también proviene del desconocimiento sobre este mundo y por tanto no saber en que momento estaba utilizando las opciones correctas, en ocasiones ni siquiera sabía que hacer con la información que estaba adquiriendo o como ubicar esta en el trabajo de investigación que estaba realizando.

Con la etnografía tradicional y que he desarrollado con las visitas de clase, me sentía más cómoda, supongo que es la manera en que estoy acostumbrada a trabajar y porque es la que me gusta y considero de mayor interés, ya que el contacto personal y el encuentro con la realidad me aportan una importante información a la hora de realizar una investigación. Frente a esto, la etnografía virtual me ha parecido que da lugar a un estudio más de tipo informativo, con aportes muy predeterminados y muy bien definidos, pero mi pregunta es ¿cómo puedo hacer una evaluación real del fenómeno que estudio si no tengo un contacto con el?, ¿cómo puede tener sensaciones sobre lo que trabajo si no puedo contemplar cuanto real hay en el tema?... Estar horas sentada delante del ordenador buscando información, clicando en enlaces de interés me ha aportado mucha información, pero no me ha producido sensaciones, siento que era algo superficial. Vuelvo a reconocer, que estando acostumbrada al trabajo de calle, analizar desde casa con el ordenador se me presenta como un sin sentido.

De lo presente puedo concluir que la experiencia, aunque positiva y angustiosa por momentos, me dejará respetar el trabajo virtual que comienza a desarrollarse y quizás con un poco más de conocimiento y desarrollo en el tema lo contemple como una posibilidad para futuros trabajos. Pero he de reconocer, que de momento, no lo aceptaría como un medio para realizar una investigación, aún sabiendo que alejarme del contacto con las nuevas tecnologías jugará en mi contra en un futuro inmediato y por ello no quiero cerrarme la puerta ante esta nueva opción, de hecho intentaré seguir en contacto con lo trabajado en la asignatura.

En estos momentos, por ejemplo, me encuentro desarrollando un proyecto con un colectivo de mujeres maltratadas y he de reconocer que a través concretamente de Internet he obtenido mucha información para acceder y acércame a ellas. Pero no puede dejar de reconocer y de valorar, que lo que realmente me ha acercado a las mujeres y a su problemática ha sido el trato con ellas, mostrándome una realidad palpable y una forma de acercamiento al tema, de manera muy humana. Es este último factor el que no encuentro en el análisis virtual y no dejo de reconocer que quizás es por falta de conocimiento o trabajo en este aspecto. Aún así estoy comenzando ha poner en práctica los nuevos conocimientos adquiridos con la signatura, por ejemplo: conectándome con foros que tratan sobre el tema y consiguiendo conexiones y referencias muy interesantes, de modo que seguramente este curso me abrirá nuevas puertas, aunque aún, como novata en el tema, no me considero en posición de evaluar la calidad de estos nuevos instrumentos de trabajo en mi investigación.

Reflexión teórica:

En general, la aplicación de las nuevas tecnología y el presente trabajo que se esta desarrollando a través de las mismas, es algo que considero de vital importancia. En estos momentos no podemos hablar de que caminamos hacia el mundo de los TIC, sino que ya vivimos en una sociedad donde están totalmente incorporados, y que comienzan a conformar un espacio más en nuestro que hacer diario, es decir, estos instrumentos están siendo utilizados en nuestra vida cotidiana y cada vez más, con mayor normalidad. Si lo observamos detenidamente, podemos darnos cuenta de que se esta convirtiendo en un medio de comunicación e información muy importante.

Pero como sucede con todo, siempre nos encontramos con la desigualdad existente con respecto a aquellos grupos en desventaja social, de modo que en pro a la lucha por la igual, debemos comenzar a tener en cuenta que este nuevo instrumento de vida también genera desigualdades en cuanto al acceso y uso del mismo. En el mundo virtual esta desigualdad es conocida como: brecha digital.

En cuanto que la brecha digital alude a salvar la diferencia existente en referencia al acceso de estos grupos a las nuevas tecnologías, encuentro que podría hacer un paralelismo con los grupos en situación de mutismo con los que Teresa del Valle trabaja en su estudio sobre el espacio y el género. Acercando, de este modo, el tema expuesto al tema con el que trabajo.

Relacionarlo con el espacio, porque realmente estas nuevas tecnologías están construyendo un nuevo espacio de desarrollo intelectual, personal y de comunicación en nuestra sociedad. En cuanto al tema de género, porque tal como a quedado expuesto en otros apartados, las mujeres representan uno de esos grupos que necesitan ayuda para acceder a los TIC, de modo que así vemos como la diferencia de género también esta presente en este fenómeno.

Teresa del Valle nos presenta en su obra “Andamios para una nueva ciudad” una relación entre el espacio, concretamente a través de las ciudades de San Sebastián y Bilbao y la organización de los sistemas de género, en su labor de identificar los mecanismos de desigualdad que excluyen a la mujer del protagonismo de la vida social, ya que no son reconocidas, ni tenidas en cuenta como colectivo con intereses diferenciados.

Para el desarrollo de su análisis la autora se basa en Shirley Ardener, en cuanto a lo que dice sobre que el comportamiento y el espacio están interrelacionados. Por un lado el espacio define a la gente que lo ocupa y, por otro, la presencia de las personas en el espacio determina su naturaleza. De ahí que el espacio como sistema de comunicaciones contribuya al conocimiento de los fenómenos sociales y, en su análisis comparativo, constatemos la expresión de la variabilidad cultural, a través de la cual se pueden establecer percepciones diferentes.
Para situar el enfoque feminista en su estudio antropológico del espacio, la autora se basa en la teoría del desarrollo desigual de N. Smith, que aplicándolo a la visión de género resulta que, al igual que la desigualdad en el modo de producción y distribución del espacio, responde y se apoya en un sistema de producción capitalista, también en la distribución, utilización, transferencia y simbolización del espacio en una sociedad donde se construyen y manifiestan los sistemas de género, construcciones que reflejan y reafirman una situación de desigualdad y jerarquización que está sustentada por los sistemas de prestigio más amplios. Es así como los espacios que ocupan las mujeres, tiene mucho que ver con un determinado orden social, apoyado en un sistema de valores bien estructurado y orientado a interese que no están bajo el control de las mujeres.

Hasta el momento conocíamos solo dos grandes espacios donde ubicarnos en función al sexo, el público y el privado, donde tenía lugar la más clara manifestación de la diferencia de género, situando a la mujer en el ámbito doméstico y al hombre en el público. Ahora, con la aparición y desarrollo de las nuevas tecnologías como instrumentos de comunicación y de desarrollo personal y colectivo, se nos presenta un nuevo espacio, favoreciendo más la participación y el desarrollo del hombre. Desde mi punto de vista y como desarrollan autores que trabajan el tema, este espacio dispone de la capacidad de crear comunidades, por ejemplo las llamadas “comunidades virtuales” definidas por Hakken (antropología del ciber espacio) donde se destacan dos aspectos: el de relaciones sociales y el de relaciones a gran escala.

Podríamos entender, entonces, que el hecho de que la balanza se torne hacia el lugar del hombre, puede tener su origen en que el hombre tradicionalmente es el encargado de la adscripción o no de un nuevo sujeto a la comunidad, así como expone Mercedes Fernández-Martorell en su obra “creadores y vividores de ciudades”. En el caso concreto de las nuevas tecnologías han sido los hombres los que han patentado esta nueva creación, siendo ellos mismos los que generan programas para el acercamiento de las mujeres a este fenómeno. El resultado, que el hombre finalmente tenga el control sobre el acceso del grupo femenino a estos instrumentos, de modo que siga ejerciendo su poder.

Partiendo de esta teoría sobre la importancia de la diferencia de género en el desarrollo de las identidades y en la posición, que dependiendo de ellas uno representa en la realidad socio-cultural en la que vivimos, podríamos considerar que esta nueva experiencia de vida con las nuevas tecnologías es otra manifestación más de cómo la creación de una especie sexuada, conlleva una diferencia de genero en función de un sistema de categorías en oposición, generando una relaciones de jerarquía y dominio. Desde el tema TIC, la diferencia estaría en relacionar la posición de mujer con la de menor acceso a estos instrumentos, lo que supone colocarla, más si se puede, en una situación de desventaja social. Mientras que el hombre, ante su posición de mayor acceso, sigue representando y desarrollando su ejercicio de poder sobre mujer, lo que en términos de Bourdier se entendería como la dominación masculina.

Desde el feminismo de la igualdad, lo último propuesto por Judith Butler en su teoría Queer, también podría basarse en el uso de estas tecnología, ya que a través de ellas se hace un uso del sexo a voluntad. Por ejemplo un chico podría hacerse pasar por una chica, quizás por mostrar ser partícipes de determinados comportamientos, la identidad que desarrollara en esa comunidad estará basada en esa creencia, sin tener porque ajustarse este perfil a la fijación con su sexo, en cuanto al aparato reproductor que le ha tocado en suerte.

Para concluir, destacar que la diferencia sexual es una de las claves universales por la que los seres humanos estructuran su sistema lógico de vida compartida y por ello cualquier hecho puede visionarse desde este posicionamiento. Este paralelismo que he expuesto sería una muestra más de cómo esto sucede y de cómo la pertenencia a un sexo condicionará nuestros comportamientos y hábitos, en el mundo en el que vivimos.

1 comentario:

residente dijo...

Interessante blog e tema abordado